Conservar las fuentes de agua, ahorrar energía, mitigar los desastres por inundación y reducir la cantidad de carbono del aire, son algunos de los beneficios que pueden lograrse con un manejo adecuado de los recursos forestales en las ciudades.
Según lo manifestó la Dra. Susan Day, del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad Estatal y Politécnica de Virginia, Estados Unidos.
En su criterio, reducir la contaminación del agua es uno de los mayores retos para un desarrollo forestal urbano, pues la basura, los sedimentos, el nitrógeno, el fósforo y otros elementos proceden de las áreas urbanas.
Para alcanzar ese objetivo es fundamental no solo la siembra de árboles, sino también el estudio del ambiente en que se van a desarrollar estos, ya que en su mayor parte está cubierto por calles, aceras, tuberías, cloacas, cableados subterráneos y otros tipos de infraestructura. “Podemos sembrar millones de árboles, pero si no crecen, no pasa nada. Por eso es importante la escogencia de los árboles en cuanto a especies y tamaño. La ciencia está en la cantidad de hojas, pues con un solo árbol grande se alcanzan los mismos efectos ambientales, que los que se logran con 100 árboles pequeños u ornamentales”, enfatizó.
Hay varios efectos positivos en la floresta urbana, tales como la reducción de la escorrentía superficial que se produce cuando llueve, lo que provoca la saturación de la tierra, y que el agua llegue a los cauces de los ríos con mucha rapidez y que se desborden.
Otro efecto positivo que brindan es la contribución a un ambiente bioclimatizado y con el consiguiente ahorro energético, dado que en tiempos fríos los árboles grandes son excelentes “tapa vientos” y en épocas cálidas producen frescura, lo que redunda en un menor uso de la calefacción o el aire acondicionado.
Independientemente de los efectos ambientales, los árboles proporcionan a las personas una sensación tal de bienestar, que incide en un mejoramiento de su calidad de vida.
“Algunos estudios incluso han evidenciado el efecto positivo de los árboles en la evolución de pacientes hospitalizados, cuando estos son ubicados junto a ventanas mediante las cuales tienen contacto visual con ellos”, acotó la Prof. Day.
Tomado de articulo de Semanario Universidad junio 2009
Escrito por Rocío Marín González
